martes, 5 de abril de 2011

Becarios y estudiantes en prácticas: explotación laboral

Una carrera universitaria se comienza con la ilusión de aprender un oficio para llegar a ser algún día un profesional de reconocido prestigio. Esa ilusión se suele tambalear en los últimos años académicos. En unos casos cuando llega el momento de hacer las prácticas, en otros cuando al alumno le llega el momento de comenzar la vida laboral.

En todas las profesiones existe una “explotación” hacia los jóvenes en prácticas o hacia los becarios. En periodismo ese aprovechamiento laboral se suele intensificar, hasta tal punto de ser denunciado por las Convenciones de Periodistas, celebradas en Valladolid y Tarragona, en 2000 y 2002 respectivamente.

Lo que no tiene lógica es que una persona que realiza el mismo trabajo durante las mismas horas que los demás, cobre infinitamente menos por el hecho de haber sido becado. Porque ser becario implica cobrar menos, pero porque en teoría no realiza la misma cantidad de trabajo, ni trabaja a jornada completa. Estos requisitos en ocasiones  no se cumplen. Y menos en estos tiempos de crisis, que excusándose en la frase tantas veces escuchada de “no hay trabajo”, las empresas ofrecen prácticas sin remunerar que los alumnos deben aceptar para poder conseguir el título que acredite sus estudios.

Es una vergüenza que el Gobierno permita esta injusticia a los jóvenes que aspiran a ser el futuro profesional del país. Porque nadie duda que esos estudiantes no aprendan y ganen experiencia en las prácticas o becas que realicen pero nadie remunera, o lo hace míseramente, el trabajo físico e intelectual que están realizando en ese puesto de trabajo. Los becarios y los estudiantes en prácticas trabajan igual o más que los demás.

Bianca Ágreda

El buen periodismo tiene un alto precio

El pasado 23 de febrero se celebró en Madrid un debate sobre el futuro del periodismo. A esta iniciativa, que abordó el tema del periodismo digital, acudieron los directores de El País, The New York Time, Le Monde, The Guardian y Der Spiegel.

A los futuros periodistas se les prepara con un montón de asignaturas sobre el periodismo digital y las nuevas tecnologías. Internet ha revolucionado el mundo de la prensa, haciendo que todos los contenidos informativos aparezcan en la red. Esto proporciona al público inmediatez en los hechos noticiosos y poder para elegir la información que quieren consumir. Una característica de Internet son los contenidos gratuitos. La mayoría de las páginas que puedes encontrar son gratuitas por lo que el público ha dejado de utilizar o comprar el soporte físico, como pueden ser los periódicos, para consumir productos multimedia.

El buen periodismo tiene un coste. Enviar corresponsales al lugar de los hechos, tener una buena plantilla de profesionales que den forma a la información, contar con la más avanzada tecnología para capturar los hechos; todo esto hace que sea necesario pagar por la información. Como dijo la directora de Le Monde, Sylvie Kauffmann: “tenemos que convencer a los lectores de que el periodismo es muy caro”.

Cerciorar al público de que debe pagar por la información digital va a suponer para los medios un difícil reto. Si la audiencia se ve obligada a pagar por entrar a la página de un periódico, entrará en otra que sea gratuita. Esto provocará que la prensa digital de pago sea un fracaso, como ocurrió con la edición digital de pago de El País en 2002.

Bianca Ágreda

martes, 29 de marzo de 2011

El espectáculo de las catástrofes

Los medios de comunicación actuales se encuentran infectados por el fenómeno de hacer de todo un show. Tanto que, promovido por el virus de ganar audiencia, hasta los contenidos informativos se ven contagiados de esta enfermedad. El escándalo y el espectáculo vende y por ello, es un valor en alza para los directivos de empresas de comunicación. Lo lamentable es cuando una tragedia pasa de ser una información a un show televisivo movido por las emociones que despiertan en el público.

Los japoneses han dado a los periodistas occidentales una lección de entereza y de rigurosidad informativa. Después de la catástrofe ocurrida en el país nipón los medios occidentales se sumieron en un caos informativo bombardeando los oídos y retinas de la audiencia con noticias e imágenes de última hora. Los periodistas retransmitieron esa actualidad atropelladamente, contagiando su pavor por los acontecimientos. A veces esa exaltación de los periodistas convierte los desastres en shows donde priman las noticias funestas y desagradables que aumentan los índices de audiencia.

Mientras tanto en los periodistas japoneses no cunde el pánico, transmiten los nefastos datos de la catástrofe que ha devastado su país con una calma y seriedad ejemplares. Dicen que el motivo es que  a los nipones se les educa desde pequeños para que no muestren ni un ápice de sentimientos. Quizá sea eso, o tal vez sea que sus medios informativos todavía no están contaminados del virus del excentricismo.

Bianca Ágreda

martes, 22 de marzo de 2011

El dilema de las centrales nucleares

Hace unos meses, los políticos españoles debatían en el Congreso sobre la vida útil de las siete centrales nucleares del país. El conflicto nuclear sigue a la orden del día. Tras lo ocurrido en la central nuclear de Fukushima, la gente tiene miedo a una explosión radioactiva que deje secuelas a la población como las ocurridas en Chernóbil.

En abril de 1986 tuvo lugar el mayor accidente nuclear de la historia, en el pueblo ucraniano de Chernóbil. Causó la mayor contaminación radioactiva hasta ese momento. El 11 de marzo de 2011, tras el terremoto y posterior tsunami que asoló Japón, se produjo la primera explosión en la central de Fukushima. En los días posteriores, le siguieron dos detonaciones más que provocó el estado crítico de dos, y el estado subcrítico de otros dos, de un total de siete reactores que forman la central.

Las explosiones nucleares provocan daños irreparables tanto en la población como en el medioambiente. La energía nuclear produce a su vez energía eléctrica, mecánica y térmica. En la sociedad tecnológica en la que vivimos todo se mueve por energía y es una hipocresía pensar que no la necesitamos para la vida diaria. Hay alternativas como la energía solar, eólica o hidráulica pero, en comparación con la nuclear, las cantidades que producen son ridículas.

No deben seguir ocurriendo estas catástrofes nucleares. Una solución sería invertir económicamente en el desarrollo de las alternativas naturales para que su rendimiento aumente. Otra es el control exhaustivo del funcionamiento de las centrales.

Bianca Ágreda

martes, 15 de marzo de 2011

La protección de los periodistas españoles

Los periodistas españoles, desde 1994, mantienen una incansable lucha por la defensa de sus derechos. Estos derechos deberían materializarse en un Estatuto de los Periodistas Profesionales. En 2000 se celebró en Valladolid la II Convención de Periodistas en la cual se elaboró un Proyecto de Ley sobre este Estatuto. Desde ese momento los periodistas están a la espera de que sea aprobado por el Parlamento. Todos los países vecinos de España, ya cuentan con una legislación aprobada que regule a los periodistas como es el caso de Portugal, Francia o Italia.

El Estatuto contiene los derechos del periodista profesional, tales como el acceso a vistas judiciales, acceso a las fuentes informativas o derechos de autor. En él se plasma qué se entiende por periodista profesional y los deberes que tiene con la sociedad. Todos los grupos editoriales deberán tener asignado un director, en el que caerá la responsabilidad del medio informativo al que represente. Todos los periodistas deberán contar con un carné que los acredite y que deberá ser renovado cada cierto tiempo.

Con el Estatuto se pretenden defender los derechos de los periodistas freelance, un tipo de periodistas que trabajan por cuenta propia y después venden su trabajo a los medios. El reportero de guerra, suele ser freelance, va a los conflictos sin contrato. Ningún medio se responsabiliza de los daños que pueda sufrir ese periodista. Otro caso que protege es el de los periodistas recién titulados que sufren el abuso y explotación de las empresas al realizar las prácticas. El Gobierno debería de una vez zanjar la aprobación de ese Estatuto y asegurar la protección de los periodistas españoles.

Bianca Ágreda

lunes, 28 de febrero de 2011

El mutismo de la información pública

¿Cuánto se ha gastado el Gobierno español en vacunas para la gripe A?  ¿Cuál es exactamente el número de militares fallecidos en la guerra de Irak? ¿Cuál fue el presupuesto que el Ayuntamiento de Madrid invirtió en la candidatura olímpica de Madrid 2012? Todas estas preguntas obtienen la misma respuesta, el silencio. Son datos que manejan las instituciones públicas, datos que todos y cada uno de los españoles deberíamos conocer. No por necesidad, no por curiosidad, simplemente por derecho.

La ley de acceso a la información es un derecho con el que cuentan la mayoría de los países europeos. Es un derecho contemplado por la legislación internacional consistente en que toda persona puede solicitar y recibir información de instituciones públicas o privadas, que desempeñen funciones públicas. Por decirlo de otra manera, el derecho de cualquier ciudadano a tener acceso a todos los datos que rigen el desarrollo de su país, siendo éste un país democrático.

España es un país democrático. España es miembro de la Unión Europea y del Consejo Europeo, en el cual se ha aprobado el “Convenio sobre Acceso a Documentos Públicos”. Pese a todo, España sigue sin tener una ley de acceso a la información. El Gobierno español sigue privando a sus ciudadanos de información, con lo que se puede decir que estamos ante un tipo de censura gubernamental. El Gobierno español guarda celosamente estos datos públicos creando en los ciudadanos la incertidumbre de qué tienen que esconder para negarse a difundirlos. Da igual las explicaciones que se pidan al Gobierno sobre este tema, la respuesta será única: el silencio.

Bianca Ágreda

martes, 15 de febrero de 2011

Sortu siembra la duda


La izquierda abertzale quiere participar en las próximas elecciones municipales del próximo 22 de mayo. Lo harán, si consiguen la aprobación institucional de sus estatutos. Los portavoces dicen que Sortu no es la continuación de ningún partido político, pero todos ya la han apuntado como la “nueva Batasuna”.

Una de las características de un Estado democrático son las elecciones con pluralidad de partidos, pero también se exige que sus estatutos estén dentro de la legalidad. La duda que se presenta con Sortu es la misma que ya ocurrió con la ilegalizada Batasuna. Una duda que se refiere a que si este partido político está también ligado a la banda terrorista ETA, como ya pasara con Batasuna.

Sortu llega con aires renovadores, de ruptura y desligamiento a antiguas organizaciones de la izquierda abertzale pero no se muestra transparente. El líder del partido político Sortu, Rufi Etxeberria, ha dicho que uno de sus objetivos es el rechazo a la violencia pero, ¿la condenan?, ante esta pregunta se ha producido el silencio. Esto hace que se especule con la posibilidad de que ocultan algo. A esto hay que sumar la presencia de Jose Mari Compains como integrante de Sortu. Este abogado es el padre de tres jóvenes detenidos por su vinculación con ETA. Hace que sin todavía haber estudiado los estatutos de Sortu, mucha gente ya afirme: “son los mismos perros con distinto collar”. Y es que España ha sido durante muchos años víctima de los atentados y asesinatos de ETA, como para confiar así como así en una izquierda abertzale. 

Bianca Ágreda